Hoy toca el Chorro de las Batuecas. Después de hablar con los lugareños no vemos claro que se pueda llegar al Chorro. Después de varios días de lluvia el río Batuecas vendrá lleno de agua y los dos cruces que hay que realizar estarán imposible. Nadie nos asegura que se pueda llegar o no. También nos indican que aunque no lleguemos a alcanzar el famoso Chorro el resto de la ruta merece la pena.
Con esta incertidumbre emprendimos la ruta. Empezamos la aventura en la senda accesible Valle de las Batuecas.
Los primeros metros son por una pasarela de madera.
Pronto se alcanza el monasterio. Hoy en día sirve de hospedería.
La señal indica que hay que bordear el monasterio, siguiendo el cauce del río.
Llega un momento en el que el sendero se estrecha bastante.
Tras dejar atrás los muros del monasterio se puede observar un bonito salto de agua.
En mitad del camino hay un panel explicando como antiguamente se conseguía el carbón vegetal. Esta fue una buena fuente de ingreso.
A mitad del camino a mano derecha, una corta pero intensa subida te lleva al Canchal de las Cabras Pintadas.
Las vistas desde el Canchal son impresionantes.
Aunque en la foto no se aprecia, en la pared se pueden observar distintas pinturas rupestres.
Pronto se vuelve al cauce del río.
Este tramo es una continuo sube y baja.
Las vistas del barranco te invitan a descansar y disfrutar del silencio.
Para llegar a los Chorros hay que cruzar dos veces el río. El primer cruce fue un éxito.
Después de un rato se llega al segundo cruce. Este es totalmente inviable a no ser que uno quiera meter las piernas hasta las rodilla. Muy a pesar nuestro, decidimos darnos la vuelta y emprender el camino de vuelta.
La montaña rezuma agua por todas partes.
En el camino de vuelta se tienen unas vistas impresionantes del barranco.
Bonita unión de la marca del sendero con la madre naturaleza.
Curiosas palabras escritas en las pared del monasterio.
Última cascada antes de acometer el estrecho paso, entre el muro y el río.
Tras casi diez kilómetros llegamos al final de nuestro último sendero por Las Batuecas. Con la pena de no haber llegado al Chorro pero sabiendo que tarde o temprano volveremos a intentarlo.
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