Llanos de Rabel - Noviembre 2022

Los Llanos de Rabel parten de las proximidades del Puerto de Los Acebuches y nos lleva al interior de la Zona de Reserva por un trazado suave y de buen firme, lo que lo convierte en un paseo muy adecuado para niños, personas mayores y grupos. 

Llegaremos al bosque de pinsapos por un camino densamente poblado de vegetación mediterránea que cobija una gran variedad de fauna. Al fondo veremos la Sierra del Pinar, donde destaca la silueta de El Torreón, y, aún más arriba, el vuelo impecable de los buitres. Además de buitres leonados, podemos observar otras aves como azor común, agateador común, trepador azul, herrerillo común, carbonero, pinzón, etc.

Para acceder a este sendero es necesario solicitar permiso a la oficina del Parque Natural de Grazalema. Este permiso se puede tramitar a través del siguiente enlace.

Pues sin más preámbulo y después de esta breve descripción copiada de la página donde se tramita el permiso empezamos la aventura.

Como se puede ver el mapa, el sendero es totalmente lineal, la ida y vuelta transcurre por la misma pista, y en los Llanos hay una pequeña senda circular que nos lleva por un bosque de ensueño. La senda en total alcanza los 10 kilómetros.

Dejamos el coche en el aparcamiento, justo enfrente de la entrada al sendero, que se encuentra en el kilómetro número 8 de la carretera que circula de Zahara de la Sierra al Puerto de Las Palomas.

Antes de emprender la marcha nos hicimos unas tostadas en nuestra querida furgo.

Lo primero con lo que se topa el senderista nada más entrar es con una gran valla cerrada. A la izquierda de la misma hay una pequeña escalera que da acceso a los Llanos de Rabel.

Como ya se indica al principio el sendero transcurre por una fácil pista de zahorra. 

El porte de los arboles te dejan sin palabras.

Al poco de caminar, a mano derecha, se encuentra una pequeña calera. La calera se usaba para producir la cal con la que se encalaban las casas y daba ese color blanquecino característico a la vivienda. La cal en las paredes protegía del calor y desinfectaba la vivienda. 

Poco a poco el sol va calentando la ladera de la montaña. Encima de los montes grazalemeños se vislumbra una bonita luna.

Hoy no hay prisa, el sendero es corto y hace un día precioso. 

Para alcanzar los Llanos de Rabel se puede tomar una pequeña senda con un puentecito de madera que vadea un arroyuelo, el cual se encuentra totalmente seco,

El otoño tiñe de color cobre las hojas de este árbol.

Justo en los llanos hay una bonita fuente que hace función de abrevadero para el ganado. Dos grandes pinsapos presiden la misma.

De los Llanos de Rabel parte una pequeña senda circular llamada Camino de los Pinsapos. Al caminar por dicha senda parece que se deambula por un bosque encantado.

Antes de que uno se dé cuenta, ya se está de vuelta en Los Llanos de Rabel. Sólo queda desandar loa andado para volver al punto de inicio.

El trecho de vuelta se realiza a un ritmo tranquilo, no se quiere terminar. Hay que cargar el cuerpo de la buena energía que transmite la madre tierra.

Con mucha pena, tras apenas 10 kilómetros esta bonito camino se ha terminado.

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