domingo, 23 de noviembre de 2014

Sendero Arroyo de la Ventilla

Hoy tocaba pasear de nuevo por el Sendero Arroyo de la Ventilla. Pero esta vez, sí íbamos a disfrutar del camino. Ya que la primera vez fue tomando parte en la prueba del Homenaje a la Legión. Y la verdad, es que no la pudimos disfrutar mucho.

Este fácil sendero, lo realizamos con varios amigos. Sale del pueblo de Arriate y llega hasta el famoso puente de la Ventilla. Lugar celebre en la prueba de los 101Km de Ronda.


Los primeros seiscientos metros son en subida por una pequeña pista de cemento.


Las vistas de la Serranía nos dejan sin palabra.


Pronto nos desviamos a la izquierda y abandonamos el asfalto.


Tras unos metros, alcanzamos una pequeña senda que baja hasta el lecho del río.


Este pequeño puente de madera solo hay que cruzarlo si se quiere ver la casa cueva.


La vegetación es increíble.


Tras cruzar el río, afrontamos una corta pero intensa subida para alcanzar la parte superior de la garganta.




A partir de este punto hasta el puente de la Ventilla, seguiremos la vereda por el borde de la garganta



La senda no esta muy bien marcada, de vez en cuando tenemos que parar para descubrir el camino correcto.


En mitad del camino hay un pequeño desvío para ver una casa cueva. 


En el horizonte se puede divisar la Sierra de Grazalema, con el Simancón destacando sobre el resto de las montañas.


Ya no vemos más camino y decidimos seguir por el campo de olivos.



Por fin llegamos al puente de la Ventilla.



Bajamos al cauce del río y el camino de vuelta lo realizamos esta vez por la parte profunda de la garganta.

Importante, hay que tomar el sendero que deja el río a nuestra izquierda. 




La vegetación es increíble.





Hay sitios, donde el camino casi es engullido por la flora.



Después de tener durante un rato el río a nuestra izquierda, lo vadeamos y pasamos a tenerlo a nuestra derecha.




El agua esta super cristalina. Este sendero debe ser muy agradable para realizar en verano.



El sonido del agua nos acompaña en nuestro andar.





Tras casi nueve kilómetros damos por finalizada nuestra aventura por el Sendero del Arroyo de la Ventilla.

Os recomiendo este sendero para realizar con peques. Es perfecto para una escapada de un fin de semana en Ronda. No entraña apenas dificultad. Si no se quiere subir arriba de la garganta, se puede hacer un recorrido de ida y vuelta siempre pegado al río.






sábado, 22 de noviembre de 2014

Valle del Genal Alto

Por segundo año consecutivo volvemos al Valle del Genal. Pero esta vez al contrario que el año pasado, si pudimos ver la famosa llamada Primavera de Bronce. Donde las tonalidades de las hojas van de un verde intenso hasta un amarillo cobrizo.


En este viaje vamos a realizar una ruta circular por el Valle del Genal Alto que empieza en la villa de Igualeja y pasará por Pujerra, Juzcar, Cartajima y Parauta. Decir que este sendero es un continuo sube y baja.

Pues nada, después de esta breve introducción empezamos a caminar.

El primer tramo lo realizamos con varios compañeros. El primer kilómetro es por asfalto. 


Tras un kilómetro de carretera, hay que cruzar un pequeño puente y coger el segundo camino a mano izquierda. No tiene perdida perdida, el primero es llano y el segundo es una buena pendiente.

A medida que se gana altura las vistas son impresionantes. 


A la derecha Igualeja y a la izquierda Cartajima.


La subida hay que tomársela con cama. Por delante hay casi cinco kilómetros de ascenso sin apenas descanso.


No todo va a ser caminar. 


En algunos tramos la cantidad de hojas acumuladas en el camino es increíble. 




En esta época se realizan multiples quemas controladas. 


Dependiendo del lado del valle, los arboles se muestran más o menos pelados.











Después de once kilómetros, se llega a Pujerra.



Antes de salir del pueblo, toca visitar el mirador de la Cruz. Desde aquí el valle te dejará sin palabra.




Después de toda subida, viene una bajada. Esta nos lleva hasta el punto más bajo del recorrido.









El sendero es atravesado por la carretera. Hay que tomar la senda que esta justo enfrente, nada más cruzar el asfalto.



Después de una bajada de cinco kilómetros se llega al río que da nombre al valle, el río Genal.


Tras cruzar el agua, toca subir. El próximo objetivo es el pueblo de los pitufos.

Parte de la subida se hace por asfalto. Viene bien de vez en cuando mirar a la izquierda para ver el pueblo de Pujerra, y de paso recuperar el aliento.


Pronto entre los arboles se ve el pueblo azul.



Tras quince kilómetros, ya en estamos el pueblo de los pitufos, Juzcar.




Ya se ha andado la mitad de la ruta. Os aviso que la salida de Juzcar es corta pero intensa, parece que fue creada por Gargamel.


Tras vencer a Gárgamel, se hace un descanso y nos despedimos de nuestros amigos los pitufos.



El siguiente pueblo es Cartajima. Durante este tramo, se puede ver como el pueblo de  Pujerra parece que ha sido devorado por el bosque.



Que extraño, una bajada.




Y se sigue bajando. Lo peor de bajar tanto, es que luego toca ...


Subir.


En esta rama se puede ver las diferentes tonalidades de color que tienen las hojas en un mismo árbol. Desde un verde intenso a un amarillo cobrizo.



Algunos castaños son de un tamaño increible.



Por fin, después de veinte kilómtros, llega la hora de la comida. Esta se realiza en Cartajima. Con cada paso, se van dejando más pueblos a nuestras espaldas. 


Penúltimo objetivo, Parauta. Y ya sabemos, a bajar toca.




Pujerra en el horizonte.


El rojizo de estas hojas es sorprendente.


Parece que el bosque esta en llamas.



Penúltima subida.



Se hace tarde, por lo que ni paramos en Parauta.



Esta si que es ya, la última subida.



Y la última bajada. Entre las hojas se puede vislumbrar Igualeja.



Cada vez más cerca.


Tras ocho horas y treinta kilómetros llegamos al punto de origen.


Así acaba nuestra tercera visita, en dos años, al Valle del Genal.

Creo que no es necesario decir que hay que visitar este valle. Hay todo tipo de senderos, largos, cortos, fáciles, ... Así que no seáis flojos y reservar un fin de semana para el otoño del año que viene.