Aprovechando que este verano no hemos realizado ningún viaje debido al COVID hemos decidido hacer pequeñas salidas por la sierra de Cádiz.
Esta vez toca visitar el puerto de las palomas y el famoso Cerro Coros, al anochecer y al amanecer. Los colores del monte son totalmente distintos dependiendo de la posición de nuestra estrella madre, el sol.
Subida al Cerro Coros al anochecer
Partimos del aparcamiento situado en el puerto de las palomas. Caminamos por una pista de albero que nos lleva a una pequeña casita blanca.
Una cabra montesa nos observa desde la lejanía.
Sobre esa meseta se asienta el monolito Cerro Coro
Las vistas de la sierra de Grazalema son preciosas. En la foto se pueden ver perfectamente el Simancón y el Reloj, dos cumbres míticas de esta sierra.
Nos giramos, miramos al norte y a nuestro pies se encuentra el pantano de Zahara de a Sierra.
El sol se oculta en el horizonte. Lo volveremos a ver a la mañana siguiente.
Cerro Coros, 1328 metros.
Después de un breve descanso y tomar un refresco, tomamos el camino de vuelta.
El color del cielo es precioso.
El camino es corto, pronto llegamos a nuestra casa con ruedas donde pasaremos la noche.
Preparamos nuestro restaurante particular. Después de una buena cena nos acostamos pronto. Mañana toca madrugar. Dulces sueños.
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Puerto de las Palomas - Cerro Coros - Arroyo de Higueroba
Hoy toca visitar Cerro Coros pero al amanecer. El camino hasta la cima es el mismo que el de ayer por la noche, pero con la diferencia que esta vez veríamos al sol despertarse.
El sol empieza pronto a reflejar sus rayos sobre la Sierra de Grazalema.
Pronto vemos al astro rey
Sin darnos cuenta, otra vez estamos en el monolito de Cerro Coros.
Por delante tenemos una larga bajada. Durante la misma la senda aparece y desparece.
Algunos tramos empinan bastante. Entre la pendiente y las piedras sueltas, hay que andar con cuidado.
Tendremos diferentes perspectivas del pantano de Zahara, a medida que avancemos.
Al llegar a una meseta, nos toparemos con varias casa antiguas de piedras destruidas. Allí habrá que estar atento. En el cruce de caminos, giramos a la izquierda para emprender el camino de vuelta y una larga, larga, larga, ... subida.
El camino de subida ha sido poco transitado en los últimos meses. Durante muchos tramos no se ve la senda, esta ha sido invadida por las plantas. Acabaremos con las piernas como un cristo.
A media altura alcanzamos el Arroyo de Higueroba. Aquí el paisaje cambia radicalmente. De andar por media ladera sin un triste árbol que nos diese sombra, pasamos a una pequeña garganta poblada por pinos y algún que otro pinsapo.
Se nos acabo lo bueno, abandonamos la protección de los arboles y volvemos a la cruda realidad. Son las 12:00 de la mañana, de un 20 de Agosto en la Sierra de Cadiz y hace un calor que nos torra. Transitamos unos metros por la carretera y afrontamos la última subida.
La pendiente es corta pero intensa. El sol nos golpea fuerte.
Casi cinco horas después estamos de vuelta. Hemos descubierto que a la Sierra de Cádiz también se puede venir en verano. Ya solo nos queda reponer fuerza y buscar otra nueva aventura.
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