jueves, 2 de abril de 2015

Tres días por Normandia

No todo es andar en la vida, así que en esta nueva crónica no hablaré de montañas, ni de cuantos kilómetros hemos caminado, ni de tiempos de control, ... Esta vez, la aventura discurrirá por Normandía. Visitaremos las playas en las que se produjo el desembarco, los búnkeres donde los alemanes esperaban a los aliados, pequeños pueblos franceses que fueron destruidos durante los 100 días que duro la batalla de Normandía y múltiples museos.

Pues sin más preámbulo, bienvenidos a Normandía.



Durante dos días estuvimos durmiendo en el bonito y coqueto alojamiento Le Castel en Bayeux. Unos de los mejores alojamientos en los que nos hemos hospedado. Este se encuentra situado en el centro de Bayeux.


En la foto se parecía como Le Castel se encuentra en pleno centro histórico de la villa.
 


 
 
El día comienza en el pueblo de Arromanche, en el cine de 360º donde emiten una bonita película de veinte minutos sobre el desembarco. Merece la pena. 
 
 


Desde el mirador del cine se tiene una preciosa vista del pueblo de Arromanche.


Oteando el horizonte. 

 
En el pueblo, en frente del museo, existen cañones de artillería, vehículos blindados y todo tipo de maquinaría bélica que intervino en el desembarco.
 
 

 
Es curioso el contraste de la pieza de Artillería con el carrusel de feria al fondo. 
 

En frente del pueblo se creo un puerto flotante. En el mar todavía quedan algunas de las plataformas flotantes usadas para el desembarco del material.   



De Arromanche partimos hacía las baterías de Longues.
 


Algunas de las baterías conservan el cañón original de 150mm.


Llama la atención como las casamatas están totalmente integradas en la naturaleza.


 

Ahora toca el turno al cementerio americano. Este tiene un museo bastante amplio en el que se muestra los preparativos del desembarco, las distintas maquinas inventadas para el mismo, ...


En el mismo todavía se pueden enterrar a los veteranos que combatieron en el desembarco de Normandía, si ellos lo solicitan.  
 


Ahora llega el turno de visitar uno de los puntos más conflictivos del desembarco, Point Du Hoc. A lo largo del camino uno se topa con museos por todas partes.


Las baterías de costa de Point Du Hoc tuvieron que ser tomadas una a una por los Rangers.



El incesante bombardeo naval convirtió el suelo en un queso gruyer.
 



 
Por este acantilado tuvieron que escalar los Rangers.
 


Esta alambrada era su primer obstáculo nada mas llegar a la cima del acantilado.
 


Para a continuación toparse con el nido de ametralladora en este bunker.
 



Monumento a los Rangers.



Las fuerzas navales solo pudieron destruir algún de los bunkeres.


Ahora toca ir al cementerio alemán. Da pena ver como el gobierno alemán ignora a los miles de alemanes enterrados en este campo santo que dieron su vida por que su país se lo pidió. Mientras que el resto de los cementerios están en perfecto estado y son conservados por sus respectivos gobiernos, este se mantiene por las donaciones de los familiares enterrados. Me entristeció mucho ver como un país por el que tu has dado tu vida, parece que se avergüenza de sus soldados.


Durante este día hemos visto las dos partes del desembarco, aliados y alemanes, ya llega la hora de ver como vivían los franceses. En el Memorial De La Liberte Retrouve. Situado al norte de la playa de Utah, junto al muro del Atlántico, se nos cuenta como vivían los franceses durante la ocupación.


Huyendo los refugiados franceses del avance alemán.  
 

Debido a la escasez de materia prima había que agudizar el ingenio. La cubierta de las ruedas de la bici estaban hecha con madera.



Paseando por las calles de cualquier villa francesa en el tiempo de la ocupación.


Fuera del monumento, la playa de Utah a un lado.


Y en frente de la playa el famoso muro encargado por Rommel para evitar el desembarco de los aliados.


La última parada del día, el pueblo de Sainte-Mere-Église. Sobre la plaza del pueblo saltaron la 82 y 101 paracaidista.  En el techo de la iglesia se puede ver la réplica del paracaidista que se quedo enganchado en el campanario.


El paracaidista se paso toda la noche escuchando el repicar de las campanas. Se hizo famoso por la película The Longest Day.

  
Ahora de salir a cenar toca paseo nocturno por el casco histórico de Bayeux. 
 






 
 
Hoy el día amanece con lluvia así que toca visitar museos. Primero Caen, después un par de búnkeres y al final de la tarde hacia la Normandía alta, Étretat.

La ciudad de Caen era un punto estratégico para dirigirse a París. Debido a la fuerte resistencia alemana los aliados tras seis semanas de asedio adoptaron una drástica solución: bombardeos masivos. Se inició el lanzamiento de 7.567 toneladas de bombas en lo que sería el mayor apoyo aéreo de la Historia, hasta entonces. Una quincena después, más del 80 por ciento de la ciudad amanecía en ruinas, con buena parte de su población enterrada bajo escombros. A pesar de los bombardeos los franceses estaban felices, aunque les hubieran causado daños tremendos. ¡Esas bombas significaban el fin de la opresión!


Por la villa de Caen pudimos pasear poco debido a la fuerte lluvia, así que la dejamos guardada en el tintero para otra futura visita.



Lo poco que vimos era precioso. A pesar de que la ciudad fue totalmente destruida, es increíble como la reconstruyeron manteniendo el encanto de los pueblos franceses.




La entrada del museo de Caen es presidida por dos esculturas de gran tamaño que rememoran la famosa foto del marinero besando a una mujer vestida de blanco celebrando el día de la victoria sobre Japón. 


 
El museo tiene distintas exposiciones, algunas fijas y otras temporales. Se echa fácilmente de tres a cuatro horas. Merece la pena ver con detenimiento cada una de las distintas exposiciones.
 
Nada más entrar al museo nos topamos de enfrente con un caza de la Royal Air Force.
 


Recreando una calle de la Francia ocupada con slogans en contra de la ocupación.


Campo de concentración, una presa es iluminada en el momento de fugarse.


Restos del muro de Berlín. Este muro para mí representa el final de la guerra fría, la cual empezó al finalizar la segunda guerra mundial.


Ahora toca el turno al Musee le mur de L'Atlantique. Este esta instalado en el interior del que fue el cuartel general del ejercito alemán que tenía el mando de las baterías del estuario del rio Orme. En el mismo te recrean la vida en el mismo durante la ocupación alemana.
 


En las afueras esta la lancha de desembarco con la que se realizo la película Salvar al soldado Ryan.


 


Placa de agradecimiento a los que dieron un día sus vidas para que nosotros tuviéramos un mañana.


Después de haber comprobado como vivián los alemanes en el bunquer nos desplazamos hacia Merville para visitar el Musee De La Batterie de Merville.

Este es un homenaje al 9º batallón de paracaidistas británicos que tomaron esta posición. En unos de los bunkers se recrea desde dentro la toma del mismo. Sonido, luces, humos y olores sumergen al visitante al alba del 6 de junio de 1944.


En este otro se muestra una película con la visión del piloto desde un planeador.


Este enclave alemán estuvo formado por múltiples bunkers.


Estos se comunicaban entre ellos con trincheras.



Antes de irnos foto con el Dakota C47 que participo en el desembarco.


Después de este mueso nos dirigimos a Le Tilleul, donde dormiríamos en Le Jardin d'Alice. Al día siguiente tocaba visitar acantilados de Étretat y de camino al aeropuerto hacer una parada en el casco histórico de Rouen.
 
 
 
 
Al despertar el día amaneció nublado y con bastantes probabilidades de lluvia. A pesar de ello decidimos acercarnos a los famosos acantilados de Étretat.
 
Al llegar al paseo marítimo del pueblo nuestro peores presagios se estaban cumpliendo, una espesa nube caía sobre nosotros y la visibilidad era escasa.


A mano derecha, sobre el acantilado, la pequeña capilla de La Garde.


Y al izquierda Falaise dé Aval u Ojo de la Aguja.


Nuestra intención era subir a los acantilados, así que toca subir escalones.


A medida que ganamos altura, las vistas son impresionantes.


La maldita nube sigue sobre nuestras cabezas.


Al llegar a la cima, foto con la pequeña capilla a ver si de esta manera conseguimos que mejore el tiempo.



Parece mentira, pero parece que la nube se va yendo.




Los acantilados son preciosos. La piedra blanca resalta con el verde de los prados.





Suponemos que para que haya un verde tan bonito, es necesario este tiempo.


Última foto antes de retornar a Étretat. Típico pueblo normando.




En el paseo marítimo nos topamos con este chiringuito construido sobre un barco.


Ahora toca subir los acantilados al sur de la villa.







Las nubes se han ido y unos tímidos rayos de sol iluminan la pared blanca.


De vuelta al pueblo.


Antes de irnos visitamos el pequeño mercado de artesanía situado en el centro del pueblo.


Abandonamos Étretat y nos dirigimos a nuestro siguiente objetico, el caso histórico de Rouen. Rouen es la capital de la Normandía Alta y es conocida como la Ciudad de los cien campanarios.

Bienvenidos a Rouen.


En esta ciudad, una vez que llegas al centro lo único que hay que hacer, es dejarte de llevar y perderte por sus calles.



 

 


La iglesia de Juana de Arco desentona con el resto de los edificios, pero tengo que confesar que me gusta.


 
No podéis dejar de entrar y admirar su vidrieras. 
 


Los edificios son impresionantes.


Al volver cualquier esquina es fácil toparse con una iglesia y sus campanarios afilados.
 


Pues nada, con la Catedral de fondo nos despedimos de Normandía.