Después de mucho tiempo queriendo hacer esta ruta, paseando por Tarifa, veo un anuncio acerca de una nueva agencia de deportes de naturaleza llamada MundoPosibilidades ofertando esta ruta. Nos miramos mi mujer y yo, y decidimos hacerla.
Nada más llegar a casa nos ponemos a buscar información en Internet acerca de Mundo Posibilidades. Comprobamos que el próximo 25 de Mayo sería luna llena así que llamamos al creador de la empresa, Javier, y reservamos para emprebder esta nueva aventura.
El día previo quede con mi hermana y me comenta que a su marido le había gusta la idea de esta ruta. Le dí el teléfono de Javier y ambos se apuntaron a a vivir una nueva experiencia.
La ruta empieza en el parking situado junto al chiringuito de playa "Los Troncos". Somos 26 personas. Antes de empezar formamos un círculo y nos íbamos echando una pelota de uno a otro. Cuando te llegaba la pelota hacías una pequeña presentación. De esta manera se rompía la tensión del comienzo y se empezaba a crear una atmósfera agradable.
El día previo quede con mi hermana y me comenta que a su marido le había gusta la idea de esta ruta. Le dí el teléfono de Javier y ambos se apuntaron a a vivir una nueva experiencia.
La ruta empieza en el parking situado junto al chiringuito de playa "Los Troncos". Somos 26 personas. Antes de empezar formamos un círculo y nos íbamos echando una pelota de uno a otro. Cuando te llegaba la pelota hacías una pequeña presentación. De esta manera se rompía la tensión del comienzo y se empezaba a crear una atmósfera agradable.
Después de la presentación, empezamos la ruta y hacemos una primera parada en frente de las ruinas de Baelo Claudia. En este punto Javier nos da unas pequeñas explicaciones acerca del emplazamiento de las ruinas y el estilo de vida de los romanos en Bolonia.
Pronto alcanzamos una pequeña pasarela de madera que nos introduce en el pinar. Poco a poco la oscuridad nos va rodeando.
Nada más abandonar el pequeño pinar divisamos un promontorio de piedra llamado "Laja Rachiles". Antiguas leyendas cuentan que sobre esta se realizaban sacrificios a los dioses.
El camino se hace bastante ameno. Pronto se llega al mirador desde el que podemos divisar en el horizonte la luna llena reflejada sobre el mar. El dicho "Una imágen vale más que mil palabras" viene perfecto para este instante.
Después de un rato ya se vislumbra el rayo de luz emitido por el faro Camarinal. Esto indica que el final de la ruta esta cerca.
En el mirador del faro se aprovecha para sacar unas viandas y devorarlas.
Mi hermana, Yolanda y el menda.
Después de las vistas tan increíbles que habíamos tenido, pensábamos que era imposible ver algo más. Pero estábamos confundidos, Javier nos tenía una sorpresa.
La vista de la bahía de Bolonia desde lo alto de la duna. Estábamos alucinados.
Personalmente, os recomiendo esta agencia y les doy las gracias a Javier por este ratito tan bueno que hemos echado.
Al final de la ruta apago el GPS para ocultar el camino que conduce a la mejor vista desde lo alto de la duna.
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