Llega el Otoño y volvemos a nuestra querida Sierra de Grazalema, esta vez nos quedaríamos en las estribaciones de la misma, y tomaríamos parte en la I CxM Sierra de Albarracín.
La salida neutralizada se realiza desde la plaza de toros del Bosque.
Los primeros metros vamos escoltados por el bandolero y las tropas.
Se acaba lo bueno, el bandolero pega el trabucazo y como alma que lleva el diablo a los corredores empiezan a correr.
Salimos de la Villa por el sendero paralelo al río Majaceite.
Los arboles empiezan a tomar ya el color ocre del otoño.
Después de tres kilómetros llanos empezamos a subir, por delante una pendiente de cinco kilómetros.
La senda es preciosa.
En algunos tramos, la pendiente se pone dura.
Por fin llegamos al primer avituallamiento, un breve descanso para recuperar el aliento, algo de agua y a seguir hacia delante, más bien, hacia arriba.
A las faldas de la Sierra de Grazalema se divisa el bonito pueblo de Benamahoma. Esta villa la veríamos desde distintos puntos a lo largo de la prueba.
El campo estaba precioso. Un ligero manto verde cubría el suelo después de las lluvias de las semanas pasadas.
Segundo avituallamiento, descanso y a retomar fuerzas que la siguiente cumbre sería el punto más alto de la prueba, el pico de Albarracín.
Que me gusta mi sierra de Grazalema. El color azul del cielo es impresionante.
Que recuerdos me traen estas señales en el camino. Ellas me guiaron hace dos años para terminar el Ultra Sierra del Bandolero.
Empezamos a subir de nuevo. Esta prueba no tiene un descanso.
La pendiente cada vez se hace más dura. Al menos la sombra refresca un poco el aire.
Por fin, ya estamos en el punto más alto, 927 metros sobre el nivel del mar.
La vista es impresionante.
Ahora toca bajar.
Los primeros cien metros de la bajada tienen su ...
Oleeeeee, ya se ve el Bosque, la meta debe de estar cerca. Pobre iluso, la organización nos tiene preparada una pequeña sorpresa en forma de cortafuego.
Ufffffffffff, que pecha de cuestas.
Ya sí, ya todo es hacia abajo.
Ya en meta a disfrutar de la cervecita fresquita y de un plato de paella exquisito.
Nono y mujer, gran pareja.
En la meta con Nacho, compañero de fatigas en el Trail de Cabotaje.
Pues nada, otra prueba terminada y nuevos sitios conocidos. Recomiendo esta prueba al cien por cien. La organización perfecta, algunos pequeños flecos a mejorar, balizamiento; pero nada importante.
Por cierto, sitio perfecto para entrenar un cuestas y técnica.
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