FANGO
Esta es la palabra que mejor define lo que fue el XI Homenaje a La Legión. Si los años anteriores hubo barro, lo de este año no ha sido normal. Todo lo que no fuera asfalto, era fango. Tuvimos todo tipo de mezclas de agua con tierra. Fango plastoso, charcos y el más divertido, él que se pega a las zapatillas y estas te pesan un quintal.
Pero bueno, no vamos a llorar más, que nadie nos obligo a venir y empecemos con la historia del XI HOLE.
Nuestro principal objetivo era llegar en tiempo, ya que en la edición del año pasado llegamos hora y media fuera de control.
Para no perder las buenas costumbres, foto con los compañeros SusMurais.
Este año intentamos no salir muy detrás para quitarnos los tapones que se forman al llegar al fango. A las diez en punto se da la salida.
El pelotón pasa rápido por el Tajo. El cielo no presagiaba nada bueno.
Pronto se abandona Ronda por el sendero del Tajo del Abanico.
En el horizonte se vislumbra el tapón, lo que indica que estamos llegando al país del Fango.
Viejas amigas sonriendo, pobres ilusas, antes de enfrentarse al fango.
Ya llegamos al fango. Había que ir con pies de plomos para evitar un resbalón y una mala caída. Delante nuestra una muchacha se disloco el hombro al resbalar por culpa del barro.
Sobran las palabras en esta subida.
Por fin llegamos arriba de la colina, ahora toca bajar por una pequeña senda que nos lleva a la estación de Benaoján.
El agua venía con fuerza.
El nacimiento de los Cascajales era un placer para los sentidos.
Por fin asfalto, por delante teníamos la subida más larga de la prueba. Desde la estación de Benaoján hasta la famosa ermita de los 101Km de Ronda.
Una cruzcuarius nunca viene mal.
A nuestra derecha vemos a los compañeros de la corta afrontar la subida que los conduce a la Cueva del Gato. Nosotros seguimos hacia Montejaque.
La entrada al pueblo es por una corta pero intensa cuesta.
Al salir del pueblo ya solo queda subir a la Ermita. Al fondo vemos el sendero en zig-zag.
Y empezamos a subir.
A nuestras espaldas la Villa de Montejaque cubierta de nubes. Durante casi toda la prueba estuvo lloviendo.
Por fín se deja de subir, ahora viene una larga bajada hasta el Cuartel de la Legión.
Sobre las 14:00 salimos del cuartel, ya llevamos cuatro de hora de carrera. Parece que podremos alcanzar la meta antes de que la cierren.
A partir de ahora viene la parte más fácil de la prueba. Pistas de albero, con poca pendiente y se supone que sin fango. Que equivocado estabamos.
Encaramos la subida a la salida del cuartel, hay bastante barro. El año pasado esta parte estaba seca.
Los peores presagios se han cumplido, lo que erá una bonita pista de albero se ha transformado en un barrizal.
Ya estamos en Arriate. Hemos superado la barrera de 30 kilómetros. Aquí la organización nos indica que no se pasa por el Arroyo de la Ventilla ya que el río se ha desbordado.
Los caminos seguián en la misma tónica, agua por un tubo.
Enfilamos un pequeño tramo de asfalto. Ronda esta cada vez más cerca.
En el horizonte, bajo las nubes, ya se ve nuestro objetivo.
Abandonamos el asfalto y volvemos a nuestro amigo fango de nuevo. Al final de esta pista se encuentran las murallas de la ciudad de Ronda.
El desfiladero del Tajo esta precioso.
Últimos peldaños.
Y este año sí ha podido ser. Hemos entrado en meta en tiempo.
Pues nada, otra prueba terminada. Ahora toca descansar y seguir entrenando para los 101Km de Ronda.