Este fin de semana afrontamos un nuevo reto juntos, superar la barrera de los cincuenta kilómetros. A continuación viene el relato de la XI Travesía de Resistencia, Los Alcornocales y el Estrecho
La salida fue a las cinco de la mañana desde los Barrios, así que tocaba madrugar y estrenar la temporada de verano durmiendo en la furgo.
Nada más dar las cinco, salimos todos los andarines en estampida.
El ritmo fue bastante fuerte. En muchos tramos superábamos los siete kilómetros por hora. Con el cuerpo frío ese ritmo era difícil de mantener.
Los primeros ocho kilómetros fueron totalmente en llano. Nada más empezar la primera subida hicimos un pequeño descanso para reagruparnos. Poco a poco la oscuridad iba desapareciendo.
Unos minutos después del descanso llegamos a la famosa Garganta Gran Capitan.
Los rayos de sol empezaban a dar un color cobrizo a las copas de los arboles.
Al fondo detrás del sol, se podía vislumbrar el peñón de Gibraltar. Roca que nos acompañaría en múltiples ocasiones.
Pronto llego el desayuno. Manteca colora y blanca. Un día es un día
La pista inicial se convierte pronto en sendero. Por delante teníamos una subida de cuatro kilómetros.
El tamaño de los helechos era impresionante.
Poco antes de terminar la subida, lo helechos se transforman en pequeños arbustos, y los alcornoques en pinos.
Ahora tocaba crestear un poquito.
Nuevo reagrupamiento que venía perfecto para recuperar fuerzas.
Otra vez entre helechos.
A veces la pequeña senda desaparecía entre la vegetación.
Sobre el kilómetro diecisiete llegamos a la pista de las corzas.
Este tramo era idóneo para hablar.
Como no, en el horizonte, la roca.
Otro reagrupamiento.
En este punto nos tocaba enfrentarnos al cortafuego.
Nada más empezar a subir, los marchadores formamos una serpiente multicolor.
Poco a poco la cola se va alargando.
Cada uno va a su ritmo.
De vez en cuando, es bueno detenerse y mirar atrás.
Los metros van pasando. La cima esta cada vez más cerca.
Con cada paso que damos, el final del cortafauego esta más cerca.
Objetivo conseguido.
Dejamos de ver el mar Mediterráneo. En el horizonte ahora tenemos el océano Atlántico.
A partir de ahora toca bajar.
De nuevo entre arboles.
Y helechos.
Pronto llegamos al cauce del Río Guadalmesi.
Casi se pilla el salto acrobático.
Entre rocas.
En el albergue juvenil de Pelayo, kilómetro treinta, llego la hora de la comida.
Y de la siesta.
Después del merecido descanso, otra vez a caminar. Ya solo quedaban "veinte kilómetros". Los primeros metros discurren por una bonita senda.
Ahora desde el horizonte nos saludan las montañas del Rif que visitamos dos semana antes.
Pronto llegamos al mar.
A partir de este momento transitamos por un estrecho sendero junto al mar.
Algunas playas son alucinantes.
Ni que decir del color del agua.
Ocho kilómetros antes de Tarifa se realiza el último descanso en la Torre de Guadalmesi.
Y por fin el ansiado triunfo, llegamos al castillo de Guzmán el Bueno.
Otra prueba superada, esta vez más de cincuenta kilómetros. A estirar y a por una nueva meta.
Te ha quedado un reportaje guapísimo, y las fotos muy buenas, enhorabuena, y una muy buena jornada de marcha que nos pudimos echar. Nos veremos en la proxima
ResponderEliminarLa verdad que la ruta fue preciosa. Muy buena idea la de mezclasr los dos parques naturales, Alcornocales y Estrecho. Nos vemos
EliminarGracias por la información ofrecida de dicha ruta o prueba de resistencia, las fotos preciosas, para el 2016 espero de realizar esta prueba de resistencia (Cristino, Club Manada Senderismo de Ceuta). Saludos y un abrazo
ResponderEliminarHola,
EliminarTe la recomiendo 100%, es una ruta muy variada y bonita. Suele ser el primer fin de semana de Mayo. Las plazas vuelan, así que ha estar atento para cuando abran la inscripción.
Nos vemos en el monte
Chapi, muchas gracias la tengo marcada en mi agenda como gran prueba ya que hasta la presente no he superado la barrera de los 30km de prueba, y tengo mucha ilusión por hacerla, un fuerte abrazo compañero de caminos
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