Esta historia empieza por el final. Con Yolanda, la mujer que más quiero, llegando a meta después de mas de cuarenta y tres kilómetros y poco más de diez horas, que se dice pronto.
Pasó el arco de meta con las caderas bastante doloridas, el cuerpo casi sin fuerza pero con pequeñas lágrimas en los ojos por no haberse dejado doblegar por este nuevo reto. Con esta, ya ha pasado la línea de meta en tres ocasiones en lo que va de año. IX Homenaje a la Legión, 26 kilómetros, III Ruta Nocturna de Montejaque, 39 kilómetros y ahora 43 kilómetros.
El relato de este nuevo reto esta dedicado a mi mujer, que en un año ha ido perdiendo poco a poco la cabeza en la montaña y como me despiste la veo terminando el Ultra Trail Sierra del Bandolero antes que yo.
Rebobinando, son las nueve de la mañana y nos encontramos ante un nuevo reto. En una estrecha calle de Benaoján, se agolpan más de 500 amantes de la naturaleza, los GPS se disputan la señal satélite para pillar conexión, los nervios están a flor de piél y con puntualidad castrense se da el chupinazo de salida.
Los primeros metros son por la bonita villa de Benaoján, el pelotón se estira poco a poco.
Pronto se abandona el pueblo, lo que no implica que se termine la cuesta. Por delante tenemos una subida de casi seis kilómetros.
Foto dedicada al reportero más dicharachero de la montaña, Cai.Man.
Debido a la pendiente, a veces más que caminar andamos a gatas.
Al fondo se puede vislumbrar el collado que se debe coronar.
Cuando se echa la mirada hacia atrás se da uno cuenta de todo lo que se ha andado.
El collado ya casi se huele.
Bueno, no mucho.
Pero al final se coronó. Después de poco más de seis kilómetros, el primer objetivo se había conseguido.
Ahora tocaba un poco de tranquilidad por los Llanos de Libar.
Al fondo se puede ver el ganado campando a sus anchas.
La tranquilidad no dura mucho ya que de nuevo el sendero pica hacia arriba.
Ahora toca una larga bajada hasta Cortes de la Frontera. En el horizonte tenemos nuestro siguiente objetivo, Cortes de la Fontera.
En la bajada, mi señora intenta dejarme atrás y decir trotar un poco.
A la salida del pueblo nos encontramos con la Casa de Piedra. Curiosa vivienda que ha sido excavada en una piedra.
Después de cruzar el río Guadiaro ya se ha pasado el ecuador de la prueba. La meta esta más cerca que la salida. A nuestra espalda se deja la villa de Cortes.
Pronto se llega a la ribera del río.
Mirando el perfil a partir de aquí parece que hay un respiro. Rápidamente uno se da cuenta de lo equivocado que esta. Hasta la Cueva del Gato tenemos por delante unos cuantos kilómetros rompe-piernas.
Pero finalmente se llega a la famosa casa de la Torre. Archiconocida por todos los cientouneros.
Tras la misma se llega a la formación geológica que da nombre a la prueba, la Cueva del Gato.
Últimos metros de subida.
Y al fondo la blanca villa de Benaoján.
El objetivo está casi conseguido, ya solo resta una pequeña bajada y disfrutar de los últimos metros.
De nuevo otra vez juntos terminábamos una prueba.
ole guapos!!!
ResponderEliminarNo es Ubiña, pero se hace lo que se puede. Nos vemos el verano que viene en la Braña del Axeite
Eliminartodo un ejemplo a seguir,felicidades chapua.un abrazo.
ResponderEliminarPareja de campeones! Enhorabuena a los dos!
ResponderEliminarLa verdad es que hacer la prueba juntos es un privilegio
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