sábado, 17 de junio de 2017

Angosturas del río Guadalmina

Hola de nuevo,

Después del parón en el blog de este invierno, debido a los estudios, vuelven los paseos a Sigue Mis Pasos

Con las calores los paseos por las montañas del sur se hacen muy duros, lo que apetece es sombra y mucha agua. Estas condiciones se encuentran en las Angosturas del Río Guadalmina en Benahavís.

El sendero parte unos metros antes de la entrada al pueblo viniendo de la costa. Debajo de los árboles en una pequeña placita a la derecha de la carretera se muestra el cartel de abajo. 



Nada más empezar ya toca mojarse.



Al agua pato.



Casi todo el tramo es acuático.



Los pasos son muy sencillos. En ningún momento vemos peligro alguno.


Poco a poco Yolanda va cogiendo confianza.



La vegetación es exuberante.








Al ser un cañón muy sencillo, vamos todo el tiempo encontrándonos con gente.





En algunos tramos las paredes se acercan  estrechando el camino.






Disfrutando con el agua. 










En algunos tramos hay que nadar. Así que ya sabéis, si queréis hacer este sencillo y fácil barranco es indispensable saber nadar.


Llegamos al punto más angosto del camino.




El paso es muy sencillo, puede agobiar un poco por la falta de luz.







Ya estamos casi al final. En este punto nos topamos con una pequeña presa que nos tira un caño de agua encima. Aunque parece al principio un paso difícil, no lo es. Solo hay que ir con decisión.



Ya está terminado, después del puente llegamos a la playa de piedra que es el final del camino. 



Para la vuelta cruzaremos por el puente que sobrevuela el río.



Ha sido un paseo de dos horas muy divertidos y sobre todo muy fresquitos. 


Para volver a Benahavís en vez de ir por el sendero junto a la carretera decidimos seguir la acequia que nos llevará al pueblo.




Por debajo del puente vemos a otro grupo de viajeros llegando al final del camino.


Nada más cruzar el río se afronta una pequeña subida. 


Y al final de la misma nos encontramos con la acequia. Este pequeño sapo nos saluda.


Se gira hacia la izquierda y cruzamos la valla metálica. 

La valla se encuentra abierta y no hay cartel que nos indique prohibido el paso por lo que entendemos que se puede volver por la acequia. 


En los tramos acuáticos hay que ir contra corriente. El frescor del agua se agradece.




A veces el agua se esconde bajo nuestros pies. 





Al fondo a la izquierda ya se vislumbra la villa de Benahavís.





Tras unas tres horas de caminata hemos terminado este bonito y refrescante paseo.


Pues si más me despido y ya sabéis, cuando aprieta el calor, al norte de Manilva tenéis un pequeño y divertido cañón para convertir una mañana calurosa en un día fresquito. Totalmente recomendable, es muy sencillo, eso sí recordar que es indispensable saber nadar. 

Nos vemos.