El 27 de noviembre de 2014 recibo un mensaje con la siguiente imágen en mi facebook. Por segundo año conscutivo tengo el honor y el privilegio de tomar parte en esta cada vez más famosa quedada en la Última Selva.
Fue en Noviembre cuando recibí la invitación y la Última Selva sería en Mayo, así que durante ese tiempo tuve muchas noches en las que mis sueños erán siempre los mismos.
Los meses van pasando, muchos findes trotando por el monte y alguna que otra carrera va quedando por el camino.
Ya es Mayo, sin darme cuenta me encuentro en el area recreativa El Bujeo a la hora H en el Día D. Somos unos cincuenta los que tendremos la suerte de pasar el día juntos disfrutando de La Última Selva de Europa
Los primeros metros son por una pista fácil.
Pronto se abandona la pista y se empieza a subir por una estrecha senda.
A nuestra izquierda, el rio Guadalmesí.
Nada más dejar el rio nos topamos con los primeros helechos.
La foto típica de todos los años, con la copa del arbol totalmente doblada debido al fuerte viento de la zona.
Abordamos el punto más alto del primer bucle. El viento sopla con fuerza.
El grupo se estira poco a poco, a medida que ganamos altura nos vamos metiendo en la nube.
Durante la subida parecía que el cielo se nos iba a caer encima.
Al reguardo de la roca se espera al resto del grupo. Al final de cada senda hay reagrupación.
Después de la subida, toca una rápida y corta bajada. La visibilidad es casi nula.
Ya estamos en plena selva. La nube hace el paisaje fantasmagórico. Este trozo de bosque es precioso.
Pues nada, ya hemos terminado el primer bucle.
Foto protocolaría y a por el segundo bucle. Unos treinta siete kilómetros nos esperan, que sumados a los diceicocho del primer bucle hace una tiradita de cincuenta y tantos kilómetros con unos dos mil quinientos metros de desnivel positivo.
Pronto empezamos a subir. La ruta es un continuo sube y baja.
Algunas sendas desaparecen bajo los helechos.
Ya estamos en la Senda de Los Presidiarios. Parte de este camino ya los hicimos mi mujer y yo hace tiempo.
Gibraltar al fondo.
El siguiente objetivo el rio de la miel.
A lo largo del camino hay varias fuentes donde recargar agua. Esta se encuentra cerca del Rio de la Miel.
El rio de la Miel hubo que curzarlo varias veces. En cada cruce, todo el mundo con las camaras en mano esperando el remojón de alguien.
Toca subir de nuevo.
Hay tramos en los que es dificil caminar. La senda esta invadida por la vegetación.
Por fín, después de unas cuantas horas llegamos al punto de avituallamiento preparado por el gran Sergio K2, padre de esta KDD.
En este punto aprovechamos para comer algo.
Y refrescar el gaznate.
Después de esta paradita de media hora, se vuelve al tajo. De nuevo entre helechos. Pero antes, otra foto de grupo.
Y a correr de nuevo.
Ahora toca bajar a la Garganta del Gran Capitan.
La foto no hace honor al sitio. A ver si algún día me compro una camara decente.
El incombustible Fali El Coleta.
Las vistas desde este punto son impresionantes.
Ya estamos casi al final de la última subida.
Y la última bajada.
Después de una rápida bajada por pista terminamos el segundo bucle.
Y por fin llego el esperado momento, la competición en ver quien había traído más comida y bebida.
Este año hubo hasta jamón.
Y entrega de trofeo a los tres más rápidos en el tramo libre, Pan de Pelayo.