Después de haber realizado esta ruta varias veces tomando parte en el Ultra Trail Sierras del Bandolero, siempre de noche y una de ellas lloviendo, tocaba hacerla de día y disfrutar del paisaje.
Nada más empezar para calentar las piernas el famoso cortafuego del Bosque.
En este tramo, al descubierto, el sol pegaba fuerte.
Por fin salimos del cortafuego, la pendiente se suaviza un poco.
Descansito a la sombra del árbol.
Pronto nos metemos en un tupido bosque.
Es difícil ver entre las ramas.
Este sendero deja Benamahoma a nuestra derecha. Preciosa la vista de la villa. Se observa perfectamente como el pueblo ha buscado cobijo en las faldas de la montaña.
El porte de algunos arboles es espectacular.
Abrazando un bonito Quejigo.
Cada vez estamos más alto, a nuestra derecha se vislumbra en el horizonte el salto del cabrero.
El salto del cabrero con un poco de zoom.
Después de un rato, abandonamos la senda para transitar durante unos cientos de metros por una pista. Hay que estar atento para coger la senda que se desvía a la izquierda. El puerto del Boyar esta cerca.
Por fin después de una subida continua de casi catorces kilómetros alcanzamos el punto más alto de la ruta, 1111 metros según el GPS.
Debajo del techado reponemos fuerzas. Esta vez no están los Tritones para darnos el avituallamiento.
Veinte minutitos de descanso y emprendemos la bajada.
Famoso paso en el UTSB.
Antes de llegar a los llanos del campo nos encontramos con Javier, un famoso Homo Capra.
Antes de llegar a Benamahoma, escuchamos el correr del agua entre los matorrales. Descubrimos una estrecha vereda y nos adentramos en ella para investigar.
Nos topamos con un antiguo molino de agua.
El último tramo transcurre por el famoso sendero del rio Majaceite. A pesar de que ha sido un año de poca lluvia el río corre con fuerza.
Ultimas veredas.
Después de casi veinticinco kilómetros volvemos al punto de partida.