La siguiente crónica ha sido escrita por mi gran amiga "Chusa". Yo no quería publicarla ya que me pone demasiado bien, pero ella me ha insistido así que la he tenido que colgar.
Nos fundimos en un abrazo,
sellando el final con un beso sincero de amistad a sabiendas que dejábamos
atrás un reto más cumplido. Ya los kilómetros parecían no pesar en nuestras
piernas, las calles bulliciosas de Sevilla con su gente vitoreando se
desvanecían en su nuestra mente mientras nuestros ojos buscaban en las gradas a
los seres queridos para compartir la victoria. Lo único importante era que los
dos lo habíamos conseguido juntos, traspasar la línea de llegada sabiendo que
quedan muchas de partida.
Durante la carrera disfrutamos
con cada zancada, saboreando en todo momento cada kilómetro recorrido, feliz de
tener la suerte de hacerla acompañada
del “Grandísimo Chapi”. Es increíble el ejemplo que da¡¡¡¡¡ marcando su
personalidad en cada paso. Imposible que pase desapercibido por que tiene el
don de contagiar su alegría desbordante haciendo amigos durante todo el
trayecto.
Una vez más demostró su
bondad y generosidad extrema, marcada por
su gran humildad ya que no dejó de cuidarme antes, durante y después de la
carrera. Ese es mi amigo Chapi gente excepcional que puedes cruzarte en una
prueba exigente o corriendo campo a través por una montaña.
Realmente a su lado la maratón
se transformó en un paseo genial por Sevilla donde no paramos de reír,
charlando con la gente que corría a
nuestro lado. Parecíamos un par de turistas perdidos entre los 7.150
participantes sin parar de hacernos fotos aprovechando cada monumento o kilómetro que creíamos oportuno.
Supongo que es otra forma de
ver la competición puesto que esto tampoco es la típica crónica deportiva en la
que prima el tiempo invertido en cada kilómetro o la clasificación final…
quizás es la forma que Chapi me enseño a disfrutar del deporte.
Esa mañana amaneció un cielo
despejado, con frió pero con nada de viento presagiando el magnífico un día de
sol que hizo para dar una salida impresionante.
De repente todo el miedo de días anteriores se esfumó, igual que los
nervios que en cuanto comenzamos a rodar desaparecieron.
Realmente fue un privilegio
correrla a tu lado pero más es un privilegio ser tu amiga.
Gracias por ser una gran
persona y mejor amigo.
Por cierto Chusa, te recuerdo que me debes un IROMAN.