Después de una temporada en la que he tenido todo tipo de experiencias. La gran mayoría buenas y algunas no tan buenas, no esperaba que el curso deportivo acabase de esta manera.
Tras haber batallado en la Sierra de los Bandoleros, descubierto ese maravilloso castañar en el Valle del Genal y perderme por los montes más bonitos de la provincia de Cádiz, mi pobre pie dijo basta.
Lo curioso ha sido que la rotura no se produjo por los riscos de la Sierra del Endrinal, ni en una noche oscura por la montaña, ni mucho menos en la última selva del sur de Europa, sino trotando en llano por asfalto-albero en la playa del Palmar.
No llevaba ni dos minutos trotando, cuando di una mala pisada, escuche un chasquido y vi las estrellas. Pensé que no sería nada, una torcedura más de las tantas que se tiene en la montaña. Pero no, pobre iluso, esta vez iba en serio. Los primeros síntomas no presagiaban nada bueno.
Ya aquí en frente del ordenador y con la cabeza tranquila, después de haberme lamentado de la mala suerte, me doy cuenta que siempre hay que buscar el lado positivo. Mejor partirme el pie en el Palmar que durante una noche fría en la montaña. Ahora tendré tiempo para preparar el examen de Speaking de Septiembre y los músculos y articulaciones de mi maltrecho cuerpo van a tener un merecido descanso, que el pobre lleva casi dos años sin descansar.
Después de charlar con amigos fisioterapeutas, entrenadores y médicos, parece que la rotura se pudo producir por fatiga del hueso.
La rotura por fatiga es, contrariamente a una rotura ósea aguda, la consecuencia de una carga continua, prolongada y repetida en el hueso. La fractura por fatiga se diferencia de una fractura aguda porque la fuerza que sobrecarga el hueso es demasiado pequeña como para producir una rotura ósea espontánea.
En pocas palabras, tenía los huesos del pie con fatiguita y una simple piedrecita me lo partió.
Conclusión. Un descanso de vez en cuando no viene mal.
Después de esta monserga os deseo a todos un buen veranito, descansar y nos vemos pronto en la montaña.
La rotura por fatiga es, contrariamente a una rotura ósea aguda, la consecuencia de una carga continua, prolongada y repetida en el hueso. La fractura por fatiga se diferencia de una fractura aguda porque la fuerza que sobrecarga el hueso es demasiado pequeña como para producir una rotura ósea espontánea.
En pocas palabras, tenía los huesos del pie con fatiguita y una simple piedrecita me lo partió.
Conclusión. Un descanso de vez en cuando no viene mal.
Después de esta monserga os deseo a todos un buen veranito, descansar y nos vemos pronto en la montaña.
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